Este año fue un tanto diferente, no sé si fue por la situación de país, por las enfermedades o simplemente por que estoy envejeciendo mas rápido de lo que cumplo años, pero por fin pude simplemente disfrutar el momento con la familia, sin atragantarme con las uvas, y dar gracias a Dios por las cosas que tuve y por las que no también.
Fue un fin de año para reflexionar sobre las cosas que verdaderamente importan, mas allá de los regalos, de la comida, la ropa y las fiestas, está el que seguimos estando, que a pesar de las carencias o las dificultades, tenemos vida y con el favor de Dios tenemos a las personas importantes con nosotros, avivando esa llama de amor y demostrando que siempre hay un motivo por el cual sonreír.
Esto solo se puede entender cuando la risa se acaba y la incertidumbre por el nuevo año se apodera de nosotros, que uno se golpea con la realidad y recuerda las escenas de guerras y hambrunas, y a aun así siempre hay una madre o un padre que busca dibujar sonrisas en la cara de sus hijos, o un niño que pese al miedo mantiene la inocencia y sigue siendo una fuente inagotable de alegría y esperanza.
Es por eso que hoy escribo para desearte un año nuevo lleno de amor y esperanza, que indistintamente lo difícil que se ponga todo recuerdes que Dios nunca nos abandona y hagas un esfuerzo para recordarlo y seguir adelante.
Feliz 2015.
No hay comentarios:
Publicar un comentario