martes, 30 de julio de 2019

Todo iba bien hasta que toco amar al enemigo

En alguna oportunidad escribí sobre orar por los gobernantes.

El mandato de hoy como hijo del altísimo, es a amar al enemigo.
Orar por quién nos maldice y poner la otra mejilla.

En definitiva una orden difícil de obedecer, pero si somos verdaderos hijos de Dios, el llamado es a ser misericordiosos, que nos duela el dolor ajeno.

En tiempos tan malos, dónde estafadores, ladrones, mentirosos, políticos, (soy venezolano en exilio, no lo puedo dejar pasas) abundan, y sentir rencor es fácil, desearles mal es  lo habitual.
Pero de ser así, somos nosotros mismos quienes nos envenenamos.
Orar y bendecir a quienes nos hieren tendrá consecuencias tanto en nosotros como en ellos.
Por un lado nosotros estaremos ejercitando la libertad de soltar las ataduras.
Por el otro si quién tiene por costumbre hacer el mal, conoce del amor y la bendición de Dios, podremos ver la muerte de un malvado y el nacimiento de un piadoso.

No es fácil, requiere un esfuerzo.

Hoy el mío será orar por los chavistas, comunistas y demás, me reservo los calificativos, deseándoles que tengan un encuentro personal con Dios.

Que en Venezuela se haga la voluntad de Dios nuestro Señor.
Como decía mi papá para enseñarme buenos modales, no es que los demás se merezcan, es que tú (yo) te la mereces, no es por los demás es para ti.

Ora, bendice, perdona, suelta, vive libre.

Texto a reflexionar
Lucas 6: 27 - 36

Agradecido por haberme acompañado hasta aquí, que el Señor te bendiga.

Daniel Sánchez
Lima, 11/07/2019

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